Las personas mayores habitualmente guardan sus contactos, sus números de teléfono, en lo que llamábamos un listín o una agenda de teléfonos. Generalmente un cuaderno con un índice alfabético en el borde de las hojas.
Sin embargo, hoy, con los teléfonos móviles inteligentes, esto empieza a no tener sentido, ya que, si los guardamos dentro del propio teléfono, se pueden ahorrar el buscar el número en el listín, para luego teclearlo en el teléfono.
Además, una vez los contactos están en el teléfono, pueden mantenerlos sincronizados entre diferentes dispositivos y compartirlos con familiares y cuidadores, para facilitarles las gestiones que realizan por ellos.
Supón que acompañamos a nuestro familiar mayor al médico de cabecera y nos indica que le ha de ver un endocrino, y no sabemos o no recordamos cual es el que le ha visto antes, y el tampoco se acuerda.
O nos llama el mayor diciendo que tiene un problema con el grifo del lavabo y queremos avisar al fontanero, y no sabemos quien ha ido otras veces, y, además, si vive solo, no podemos buscar en su listín, si es que lo tiene apuntado ahí, salvo que nos desplacemos a su casa.
Disponer de una lista de contactos compartida y sincronizada nos facilita cualquier gestión que tengamos que hacer por el. Nos permitirá buscar «endocrino» o «fontanero» fácilmente, estemos donde estemos, en nuestro propio teléfono, o en el del mayor.