Los ciberseguridad para los adultos mayores no es diferente que para los demás.
Cuando hablamos de ciberseguridad, o seguridad informática, nos referimos a la seguridad de lo que hacemos en nuestros smartphones, tabletas, PCs o Macs, especialmente cuando estamos conectados Internet.
Hay muchas leyendas urbanas sobre todo lo que te puede pasar en Internet, pero los peligros no son tantos y se controlan conociéndolos.
Se dice que el ratio de amenazas para los adultos mayores es el doble que para los mas jóvenes.
Claro, los adultos mayores están accediendo a la tecnología mas lentamente que los mas jóvenes, mientras los ciber-delincuentes avanzan mucho mas rápidamente.
No obstante, si conocemos los peligros, nos podemos sentir mas seguros.
Así que, a continuación os propongo algunos consejos básicos para vuestros familiares mayores, especialmente enfocados a los móviles y tabletas.
Phishing
El «Phishing» (pescando, en inglés) es el timo mas popular en Internet, ya que en general, trata de acceder a nuestro dinero, pero, como todo timo, es sencillo de detectar.
El cebo: recibimos un email (podría ser un SMS, o un mensaje en una red social, etc.), que parece de una entidad financiera, diciéndonos que, por ejemplo, ha habido un problema de seguridad.
El anzuelo: Nos pide que pulsemos un enlace para verificar o actualizar nuestra información. Es urgente, tenemos que corregir algo, para que no nos afecte.
El enlace nos lleva a una página web, que parece la de nuestro banco, así que introducimos nuestro usuario y contraseña: ¡PESCADOS!. Después la página no funciona.
En un caso de Phishing, la página web a la que nos lleva el enlace es una página web de un ciber-delincuente, que ha copiado el aspecto, los colores, los logotipos, etc. y el propio contenido de la página verdadera y la utiliza para «pescar» tu usuario y contraseña.
¿Que hacer si hemos picado?
- Ir inmediatamente a la página verdadera, a través del enlace que tengamos guardado en nuestros favoritos, o buscándolo en Google,
- Entrar con vuestro usuario y contraseña, y cambiar la contraseña.
- Si no puedes entrar, llamar a la entidad financiera.
Al final, es lo mismo que si hubieras perdido o te hubieran robado una tarjeta de crédito.
Por regla general no va a pasar nada, la mayoría de las entidades financieras, con tu usuario y contraseña, solo te permiten VER información.
Si quieres mover dinero, necesitas un PIN especial, que generalmente te envían a tu móvil, o necesitas una tarjeta de coordenadas.
Así que el peligro es relativo, pero, sin duda, obtienen información muy sensible, así que hay que tratar de evitar este timo.
Pistas, fijaos en la imagen del ejemplo, mas abajo (siento que esté en Inglés):
- El destinatario no somos nosotros, con nombre y apellidos, sino «estimado cliente» o similar (no saben quien eres)
- El nombre del remitente puede resultar familiar, pero si miramos el usuario de correo, parece raro
- El mensaje suele estar mal escrito, suele tener faltas de ortografía, porque suele ser una traducción chapucera
- El mensaje trata de provocar urgencia y te pide seguir el enlace para solucionar un problema cuanto antes
- Si seguimos el enlace, la dirección no nos resultará tan familiar
Ante la sospecha, en lugar de seguir el enlace, vamos al navegador, y entramos en la página de la entidad como lo hagamos habitualmente, SIN pulsar el enlace que nos han enviado:
- Pulsando el enlace que tenemos guardado en nuestros favoritos
- Buscando la entidad en Google, que nos va a llevar a la página verdadera
- Etc.
Y, una vez hemos entrado con nuestro usuario y contraseña, verificaremos si la entidad realmente nos está solicitando esa información.
Información sensible
Cada vez que accedemos a un sitio web que nos proporciona algún tipo de servicio, información, sorteo, etc., es habitual que nos pida que nos identifiquemos.
Para registrarnos nos pide información personal y que demos nuestra conformidad a sus políticas de privacidad, que habitualmente no leemos.
Esto implica que generalmente estamos facilitando información valiosa, y, a veces, sus políticas de privacidad incluyen la posibilidad de vender nuestra información.
No hay gran diferencia con el mundo físico, cuando nos apuntamos a un club, nos piden nuestros datos, lo mismo que cuando abrimos una cuenta en un banco, y en tantas otras gestiones.
En Internet debemos seguir las mismas pautas que en el mundo físico, y no preocuparnos.
Si nos piden información que no es relevante para el servicio, quizás debamos valorar si de verdad nos queremos registrar en este sitio web.
Pero, en general, solo debemos seguir unas pautas sencillas:
- La comunicación con ellos tiene que ser segura, y, por tanto cifrada.
- Para comprobar esto, debemos ver que la dirección empieza por «https://«, no por «http://».
- Los sitios web deben proteger nuestra información personal con usuario y contraseña.
WiFi
Como tenemos una cuota de datos limitada en nuestros smartphones, muchos establecimientos comerciales nos ofrecen acceso a WiFi gratis, como un atractivo.
Tened cuidado cuando os conectéis a las redes WiFi públicas de estaciones de tren, cafeterías, hoteles, etc. sobre todo, si no requieren contraseña.
No hay peligro en ver o enviar WhatsApps, actualizar las APPs, leer noticias o navegar por Internet, ver precios de productos en tiendas de Internet, consultar el correo, etc.
Pero, evitar hacer compras online, enviando los datos de la tarjeta de crédito, o hacer transacciones bancarias. Eso es mejor dejarlo para otro momento.
Recomendaciones
Para finalizar, recomendaros repasar estos consejos de ciberseguridad para adultos mayores con vuestros familiares mayores.
Esto puede evitarles sobresaltos, y, conociéndolos, a la vez, podrán sentirse mas seguros.
Información extractada de
- Get Cybersafe, del Gobierno de Canadá, https://www.getcybersafe.gc.ca/cnt/prtct-yrslf/prtctn-fml/snrs-nln-en.aspx
- Cyber Tips for Older Americans, del Gobierno Americano, https://www.dhs.gov/sites/default/files/publications/Cybersecurity%20for%20Older%20Americans_0.pdf
Foto de portada por Matthew Henry.
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